Mejorar la eficiencia energética de tu aire acondicionado es clave para reducir costos y minimizar el impacto ambiental. Aquí tienes una guía sencilla para optimizar su funcionamiento.
Realiza revisiones periódicas y limpia o reemplaza los filtros al menos cada tres meses. Un filtro limpio mejora la circulación del aire y la eficiencia del sistema.
Configura el termostato a una temperatura razonable. Para el verano, 24-26°C es ideal. Evita cambios frecuentes de temperatura, ya que esto obliga al sistema a trabajar más.
Instala un termostato programable o inteligente que ajuste automáticamente la temperatura según tus horarios. Esto evita el uso innecesario cuando no estás en casa.
Asegúrate de que tu hogar esté bien aislado. Sella las fugas en ventanas y puertas para evitar que el aire fresco se escape y el aire caliente entre.
Complementa el aire acondicionado con ventiladores de techo o portátiles. Estos ayudan a distribuir el aire fresco de manera más uniforme, permitiendo que el aire acondicionado trabaje menos.
Durante las horas más calurosas del día, mantén las cortinas y persianas cerradas para bloquear la luz solar directa. Esto reduce el calor interior y la carga sobre el aire acondicionado.
Si tu aire acondicionado tiene más de 10 años, considera reemplazarlo por un modelo más eficiente. Los sistemas modernos consumen menos energía y ofrecen mejores prestaciones.
Implementar estos consejos no solo mejorará la eficiencia de tu aire acondicionado, sino que también prolongará su vida útil y reducirá tu factura de energía.
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