Actualmente, la energía eólica supone más del 3% del consumo mundial de electricidad y se espera que en 2050 llegue al 18% según los datos de la Agencia Internacional de la Energía. Para conocer información sobre su funcionamiento, sigue leyendo nuestro post.
La energía del viento es utilizada mediante el uso de máquinas eólicas (o aeromotores) capaces de transformar la energía eólica en energía mecánica de rotación utilizable, ya sea para accionar directamente las máquinas operatrices, como para la producción de energía eléctrica. En este último caso, el sistema de conversión, (que comprende un generador eléctrico con sus sistemas de control y de conexión a la red) es conocido como aerogenerador.
Los parques eólicos, que agrupan un gran número de aerogeneradores y hacen posible la obtención de esta energía en grandes cantidades, deben implantarse en lugares donde la presencia del viento sea predominante.
El proceso de transformación de la energía eólica en electricidad comienza cuando las aspas de los aerogeneradores son movidas por el viento, transmitiendo energía cinética al eje al que están ancladas. Este eje, a su vez, se encuentra conectado al multiplicador, cuya función es aumentar hasta 60 veces más la velocidad del eje rotor.
El viento es una fuente abundante e inagotable, lo que significa que siempre se puede contar con la fuente original que produce la energía, lo que hace que no tenga fecha de caducidad.
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