El nacimiento de la eficiencia energética tiene su origen en aquellas prácticas que buscan reducir el consumo de energía de nuestra sociedad para paliar el impacto negativo del uso exagerado de combustibles fósiles que mantiene nuestra calidad de vida y que conlleva un consumo exagerado e irresponsable de energía. Este impacto no solo afecta negativamente el medio ambiente, también afecta gravemente los ciclos económicos que rigen el mundo.
Es por esto que debemos empezar a implementar acciones desde nuestro hogar que ayuden a contener y paliar este impacto negativo en el entorno. Cosas tan sencillas como comprar electrodomésticos de consumo responsable que tengan la etiqueta EcoLabel, optimizar los sistemas de calefacción y aire acondicionado de nuestros hogares para mejorar el consumo e incluso cambiar las ventanas de casa para evitar la perdida o entrada de calor, pueden causar cambios bastantes positivos en nuestra vida diaria y la de los demás.
La gran ventaja de este tipo de cambios es que, aunque son considerados caros, siempre terminan siendo una inversión a futuro que termina retornando a nosotros en la forma del ahorro que causan en nuestros bolsillos.
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